lunes, 28 de julio de 2008

CARTA A CENTRO GENERAL DE PADRES LICEO DARIO SALAS

Señora
Marisol Morales
Presidenta Centro de Padres y Apoderados
LICEO DARÍO E. SALAS



Adolfo Lacabe Ferrera, ex alumno (1965-1970) del Liceo Darío E. Salas, saluda atentamente a Usted y viene en exponer algunas consideraciones sobre lo ocurrido con una de las alumnas de este Liceo Municipal, María Música.


En mi experiencia como ex alumno del Liceo Experimental Darío E. Salas, dirigido por su Directora Sra. Adriana Ponce y Roberto Cabrera, tengo los más gratos recuerdos de profesionales intachables que dedicaron su vida a la educación pública.

Recordar un sistema de educación experimental, que incluía la jornada escolar completa, que a diferencia de lo que ocurre hoy, cuando se pretende instalar como una “propuesta innovadora” y que tan dudosos resultados está aportando al sistema educacional, nuestros profesores capacitados en materias técnicas nos enseñaban Artes Gráficas, Electricidad, laboratorio, Coro, Pintura, tejido, deportes, todos diferidos y voluntarios en un Plan Variable que se impartía en una jornada alternativa de tarde. Esto tenía un doble o triple propósito, instruir sobre materias que utilizamos en la vida diaria, detectar habilidades, generar un ambiente distendido de educación y compromiso con el entorno educativo, además de resolver un problema social, ya que la mujer se incorporaba al mundo del trabajo, restándole tiempo a la educación directa y refleja de sus hijos. En nuestro tiempo los índices de escolaridad de los padres eran infinitamente más bajos que los de hoy (6 años de escolaridad en promedio).

Disciplinas o Asignaturas, tales como, Matemática y Castellano,(hoy con nombres rimbombantes) eran impartidas por niveles de aprendizaje, vale decir previo diagnóstico de conocimientos. Éramos agrupados por nivel y se procedía a nivelarnos hasta conseguir los resultados esperados y poder pasar al curso de mejor rendimiento.

Los profesores que consideraban que su curso no tenía los resultados esperados nos citaban los días sábados a reforzamiento.

Todo aquello en un profundo ambiente cívico y de convivencia, de respeto y admiración por nuestros profesores, sin perder nuestra identidad, “éramos jodidos” con las bromas, con la iniciativa de robar la campana en nuestros aniversarios, de esconder los libros, etc. No éramos tontos graves, pero no hacíamos daño a nadie, nuestro colegio lo cuidábamos y lo manteníamos con los escasos recursos que proveía el Estado.

Caso aparte era nuestra conciencia política, en una época de cambios, nuestras “convenciones estudiantiles” eran un símbolo de participación ciudadana en que se discutía hasta del mensaje subliminal que entregaba la revista de “ rico mac- pato”, (hoy nos tragamos toda la publicidad y los mensajes engañosos sin filtrar), la participación era un deber, tuvimos épocas de muchas huelgas, apoyando, demandando, justicia social, mejoras laborales para nuestros docentes, espacios de participación, etc. ( somos de la generación que no contó con Internet ni inspectores de patio), de allí nace toda una generación de estudiantes que acceden a la Universidad y posteriormente a cargos públicos y privados ( la organización de ex alumnos da cuenta de ello).

Me he explayado a fin de recordar a Ustedes, las nuevas generaciones de padres y alumnos, de que este Liceo fue uno de los pioneros (junto al Liceo Manuel de Salas) en aplicar la reforma educacional, la cual hoy no sabemos como implementar y recurrimos a modelos extranjeros para experimentar con nuestros hijos, o pretender asimilarlos a estándares asiáticos o europeos, cuando aún no tenemos un modelo “chileno” de educación. Hacer conciencia de que en este establecimiento se probó ( y con mucho éxito) un modelo de educación que permitía que las niñas “músicas” se expresaran, tuvieran el derecho a ser escuchadas, poder plasmar sus ideas en un documento que era presentado a toda la comunidad “Dariana” para ser sancionado por los participantes ( cientos de jóvenes de todos los niveles ( primero humanidades a Sexto humanidades) y ser publicadas sus conclusiones y compartidas en organismos como la FESECH ( federación de estudiantes secundarios), organización que hoy día siendo los gestores del movimiento que puso en la agenda de este gobierno el tema de la educación, no han sido incluidas ni escuchadas sus propuestas y denuncias sobre el sistema de educación que les ha tocado vivir. La insensibilidad de las autoridades y “expertos educacionales”, los que son dueños de instituciones educacionales secundarios y universitarias, de administrar instrumentos de medición, de ser accionistas y miembros de importantes directorios de organizaciones privadas y públicas, obviamente no están interesados en poner en riesgo este modelo “rentable” de educación. Debemos agregar a esto que los Municipios no están comprometidos con la educación, les altera el presupuesto, les provoca déficit, los saca del ámbito político.


Esperando que esta presentación les permita reflexionar sobre lo que se ha perdido de la sustancia de la educación, quedándonos con una infraestructura moderna pero sin sentido ni identidad.





Atte.


Adolfo Lacabe Ferrera
Ex Alumno generación 1970.


P.D. contacto. Lacabe @ gmail.com